Hoy vamos a un sitio al que es más difícil de llegar que otros días.
Además nos hemos quedado en este pueblo solo cuatro internacionales porque
hoy había una manifestación importante en otra ciudad y se han ido casi
todos allí. De estos cuatro, dos terminan su viaje por Palestina y se van
a casa, y los otros dos necesitamos un descanso y pensamos volvernos a
Jerusalén, porque en este piso, por las condiciones del suministro de
agua, se nos pide que no nos duchemos. Así que llevamos unos cuantos días
con la tierra pegada a la ropa y la ropa pegada a la piel; todos los días
ha hecho un calor de espanto y parece una buena idea volver a Jerusalén a
tomarse una buena ducha, descansar y beber.