Rampart. La okupa

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Rampart

Cada acontecimiento o proyecto social, tiene tantas versiones como personas que participan en él.

Mi propia versión personal del Centro Social de Rampart sería que nació, junto con muchas otras okupas en 2004, debido a la necesidad de alojar a cientos de asistentes al Foro Social Europeo y las alternativas adyacentes.

Las reuniones para la preparación de dicho foro sí reconocieron la necesidad, y el problema de acoger a un número tan grande de personas en la ciudad más cara del Reino Unido, probablemente de Europa.

Pero la posibilidad de alojarlos en okupas fue mofada sin piedad en las reuniones del FSE.

Banda ancha

Es 2006. Algunos de mis amigos tienen banda ancha / broadband / internet alta velocidad en casa, pero la mayoría de nosotros todavía estamos utilizando acceso telefónico. La primera vez que me encontré con la banda ancha fue en una okupa privilegiada. Habían logrado mantener la casa durante aproximadamente una década. Diferentes generaciones de okupas, pero lo suficientemente estable como para pensar en compromisos a largo plazo. Ellos también se las estaban arreglando con una conexión telefónica a internet.

“¿Quién está usando el Internet!”

Bienvenidos (al centro de detención)

Nos encontramos en la estación de metro y montamos en el tren hasta el final de la línea Picadilly. Son rubios, confiadamente ingleses hasta el punto que vuelvo al lugar donde no entiendo la conversación que ocurre a mi alrededor. Durante una fracción de segundo todos me miran y aprovecho para hacer mi pregunta:

Trabajo eventual

Mi trabajo en The Guardian se llama ‘casual’, u ‘ocasional’. Porque no voy allí todos los días, o con regularidad. Estoy en el equipo de los “Night Uploaders” o Mozos de carga, o Cargadores nocturnos.

Hacemos una prueba de lectura rápida de los artículos, que ya se están imprimiendo en la imprenta, por si acaso se ha deslizado algún error de la atención de los sub-editores, que se emplean específicamente para tal eliminación de errores, y luego añadir alguna codificación de html básica y algunos enlaces relevantes, previamente determinados. Esto se hace todas las noches, y cada artículo publicado en papel se sube al sitio web, pero para estos puestos de trabajo estables The Guardian emplea a ocasionales que no pueden trabajar más de diez meses seguidos para evitar tener que contratarnos como empleados regulares. Así que en diez meses, tendré que encontrar ingresos en otra parte, con la opción de volver después de unos cuatro meses.

Reunión de visitantes

George es mi contacto en este nuevo asunto de NoBorders. Nos reunimos en un bar en la zona 2 para tomar un café. Me pareció raro tener una conversación individual sobre el voluntariado tomando un café, pero cuando veo a George está en una mesa hablando con unas cinco personas. Todos nos presentamos y luego ellos reanudan la conversación, que parece estar en la etapa del viaje al centro de detención, en alguna parte de la zona 6. (nota debajo)

Sin Fronteras (No Borders)

En una de las listas de correo electrónico en las que estoy, hay un correo de ‘No Borders’ (Sin Fronteras). El trabajo que parecen hacer ahora es el servicio puntual: visitar a solicitantes de asilo encarcelados en centros de detención. «Necesitamos gente para ayudar / visitar a detenidos, solicitantes de asilo que están en espera de deportación», dice el correo.

Mi mente se va al evangelio, al punto donde Dios recompensa a aquellos que visitaron a las personas que estaban enfermas o en la cárcel.

Esto es una ayuda puntual a personas individuales. En su mayoría, hombres. Las mujeres parecen estar encerradas en otro centro de detención, demasiado lejos de Londres para que voluntarios desempleados o con bajos salarios puedan permitirse ir regularmente. Así que se atienen a los centros de detención junto a Heathrow, a un trayecto en metro.

Visitar a detenidos. Eso no va a desgarrar las fronteras, NOBorders. Pero es (vendido como) parte de una estrategia más amplia, contra todas las fronteras. Este es el “grupo de apoyo a detenidos”, parte de NoBorders. Porque no es justo que la gente tenga (o no) el derecho de vivir aquí según donde naciera.

Escribo de vuelta para ofrecerme como voluntaria.

The Guardian

Mi primer día en The Guardian. Algo así como el día introductorio.

Un chico alto que parece que será mi supervisor pasa demasiado tiempo explicando cómo se clasifican, etiquetan y formatean los artículos, listos para subirlos al sitio web. También tengo que leerlos y descubrir errores que puedan haberse colado por las varias capas de sub-edición. Estos son artículos que ya se han enviado a las imprentas; cualquier corrección sólo aparecerá en la versión online.

Hogar londinense

Vivo en una casa compartida en Londres. No conozco a nadie que viva solo en un piso. La mayoría de la gente que conozco se ha mudado a casas ya habitadas con extraños. Parece más fácil simplemente encontrar una habitación en el tipo de casa que te gusta que juntarse con amigos, decidir buscar el mismo tipo de alojamiento y luego una vez encontrado, distribuir las muy diferentes habitaciones entre gente que es, en principio, similar.