A me dice que se va de viaje a Palestina en unas semanas. Ya estuvo allí hace unos meses, y en aquella ocasión le dije que me avisara la próxima vez que decidiera ir. Y aquí está, diciéndome con antelación suficiente que se va de nuevo para unos meses.

Así que creo que debería aprovechar esta oportunidad para no ir completamente sola.

Sugiero que viajemos juntos pero A descarta la idea rápidamente. Primero explica que la ocupación israelí significa que son las autoridades fronterizas de Israel con las que tenemos que tratar antes de entrar en Palestina. El estado israelí considera a todos los palestinos una amenaza terrorista, y por extensión, quienquiera que apoye la causa palestina. Por lo tanto las autoridades israelíes no permitirán la entrada al país a nadie que sea sospechoso de apoyar la causa palestina. Así que si queremos asegurarnos de que se nos admitirá en el país una vez que lleguemos al aeropuerto, las autoridades israelíes tendrán que estar convencidas de que no somos una amenaza. Si llegamos juntos, nos pondrán en cuartos separados y nos interrogarán buscando contradicciones entre su historia y la mía, así que es mucho más seguro si llegamos en días diferentes.