Vivo en una casa compartida en Londres. No conozco a nadie que viva solo en un piso. La mayoría de la gente que conozco se ha mudado a casas ya habitadas con extraños. Parece más fácil simplemente encontrar una habitación en el tipo de casa que te gusta que juntarse con amigos, decidir buscar el mismo tipo de alojamiento y luego una vez encontrado, distribuir las muy diferentes habitaciones entre gente que es, en principio, similar.

El plazo mínimo de alquiler es en teoría seis meses. En realidad he tenido que salir de casas a las semanas algunas veces. En esta casa, hay personas que han vivido continuamente más de diez años, por lo que en mi opinión es una casa realmente lujosa. Sin calefacción, con calentador de agua temperamental, y podredumbre seca. Pero con todo, un lujo para los estándares del mercado de alquileres de Londres. Definitivamente.

Mi dormitorio es de cerca de doce metros cuadrado. Hay una chimenea cegada. Ahora está prohibido quemar leña en las casas, al parecer. Por lo que es un espacio inútil que solo puedo llenar con mi cubo de basura. A cada lado de la chimenea, unas baldas. Justo al lado de toda esa pared, la cama a la izquierda, luego mi mesa contra la ventana, que da a un patio. Al lado de la cama solo hay espacio para la silla y un radiador eléctrico delante del armario.

Hay otro radiador en el baño, pero la mayoría de mis compañeros de casa lo calientan dejando el agua caliente en la bañera el tiempo suficiente para que el vapor se extienda por toda la habitación, que es el doble de grande que mi propio dormitorio. Yo uso otra técnica.

No hay ducha y nunca la ha habido. Solo el baño, con dos grifos separado, uno para el agua caliente, uno para la fría. Compré una extensión de ducha poco después de mudarme aquí pero la caldera es tan temperamental (¿léase vieja?) que es imposible mezclar el agua caliente y fría según viene

Ahora uso un cubo limpio para mezclar el agua, hasta que se templa. Luego uso un cubo más pequeño para echar el agua sobre mí y esa es mi ducha. Si me doy la prisa suficiente, mi piel mantiene una temperatura razonable antes de que la coja el aire de enero filtrado a través de la ventana del cuarto de baño.

Y aún así este es el lugar más lujoso en que he vivido en toda mi vida londinense. Porque es una Cooperativa de Vivienda.

Hace algunos años, ayuntamientos de Londres vieron que tenían tantas propiedades degradadas, para los que no tenían dinero para reparar, que comenzaron a ofrecerlas a okupas, como pisos protegidos, a condición de que los arreglaran. Algunas de esas propiedades eran tan grandes que ningún ocupante podría llevarlas en solitario así que casas como esta fueron tomadas por cooperativas.

Y luego esas cooperativas se hicieron lo bastante grandes como para poder comprar o alquilar lugares mejores. Así que casas como la mía siguieron su ruina paulatina, con reparaciones menores. Después de todos estos años, la pared contra la que se apoya el baño, desde mi ventana se ve como un vientre que amenaza con estallar.

Pero no tenemos un casero que nos visita ni acosa. Gestionamos nuestra vivienda a base de reuniones. Y somos conscientes de que el Ayuntamiento puede si quiere, y querrá recobrar esta propiedad y se nos expulsará al mercado privado de nuevo, donde no es de recibo ser desalojados semanas después de firmar el contrato, incluso si no hay atrasos en el pago del alquiler, igual solo porque el propietario ha cambiado de opinión o hace cosas raras que ponen suficiente presión como para marcharse.

Y esta es la casa a laque vuelvo. Me dijeron que Palestina se sentiría como un sueño. Pero no es un sueño, ni se siente ni lo parece, sólo algo que ha sucedido, algo que me cambió porque todas las experiencias nos cambian especialmente si aprendemos de ellas, pero no se siente como un sueño.

Me dijeron que siguiera viendo la misma televisión, incluso tele-basura, que veía antes de ir allí. Nos dijeron muchas cosas que ayudarían con el posible trauma que pudiéramos sufrir. No siento ningún trauma en particularpero tener permiso oficial para seguir viendo cosas como Mujeres Desesperadas sienta bien. Ausencia total de culpa por el placer de caras y cuerpos bonitos contando una historia divertida, agradable, a veces poco probable, y aún a veces tan dolorosamente real y conmovedora.

Ya estoy de vuelta. En este cuarto. Esto es hoy, y mañana es mi primer día de trabajo. Uploader de noche en un periódico nacional. ¿No es el sueño de cualquier estudiante de periodismo, conseguir un trabajo en un periódico de tirada nacional? Aunque sólo para diez meses. De lo contrario tendrían que hacerme un contrato de trabajo en lugar de ser autónoma.