Simone, en un foro para periodistas autónomos, (en inglés),
ha apuntado que ser freelance, o autónomo, “es más duro ahora que hay
más periodistas. Hace ocho años no había tantos cursos de post grado o
de tarde”.

¿Qué
dice esto sobre el proceso de vulgarización del periodismo? Cuál es la presión que sufren los periodistas que ya están publicando para
producir lo que el mercado demanda/ lo que el dueño permite?

Imagino que si quisieras escribir sobre, por ejemplo, la concentración de los medios de masas en pocas manos, hace ocho años tu editor se habría encontrado con la siguiente disyuntiva: “si no acepto esto, tengo una página en blanco”. Ahora, la disyuntiva es “cogeré uno de los diez
artículos que me han llegado de los autónomos y a este le pongo en la
lista negra”.

¿Hasta qué punto es esta proliferación de “cursos
de post grado y de tarde” un reflejo real de demanda de enseñanza
periodística? Puede que haya la demanda por cursos de periodismo se
haya disparado, pero hace cuatro años, cuando me inscribí en un curso
de periodismo de un año, fue cancelado por falta de gente.

¿hasta qué punto es esta demanda verdadera y no artificialmente creada?