W. y yo salimos a dar una vuelta por los alrededores, observando de nuevo el muro y, como de costumbre, no nos volvemos a casa sin que nos inviten antes a comer. Esta vez es M. y su hijo invitándonos a la azotea de su casa. La comunicación es difícil así que sólo nos enteramos de que todas las tierras que vemos al otro lado de la carretera un día pertenecieron al padre de M., que nos lo cuenta mientras comemos de un diminuto plato de aceitunas.
Bi’Lin VI. El día después
Imagínate que vives en constante tensión. Imagina que no hay ningún sitio seguro donde vives y que nunca te puedes ir en paz a dormir. Imagínate que esta noche, mientras te estás quedando dormido, oyes a alguien en la puerta de tu casa pidiendo que abran. Imagínate que la persona con la que vives, tu mujer, tu compañero de piso, tu madre… se levanta y abre la puerta. Imagínate que quien entra es otra persona que vive contigo; tu hijo, la novia de tu compañera de piso, tu padre… e imagínate que ahora, al saber que todos los que viven en tu casa han llegado por fin al final del día, sólo ahora sabes que toda tu familia han vivido al menos un día más.
Bi’Lin V. Gas, balas, piedras. Gas
Todos los viernes hay una manifestación contra el muro en Bi’Lin. El muro en Bi’Lin es en realidad una valla metálica del estilo que vi en Yayyous, pero se le llama muro también porque separa igual.
Más activistas israelíes – e internacionales – llegan durante la mañana y la calle está muy concurrida, incluso antes de que los palestinos salgan de la mezquita. J y A son algunos de estos internacionales; nos ponemos al día de lo que hemos estado haciendo desde la última vez que nos vimos.
Bi’Lin IV. Israelíes contra el Muro
Mañana es la manifestación semanal en Bi’Lin. Las manifestaciones no son nunca aburridas, no consisten en solamente en caminar de A a B. Probablemente caminarán también, pero se nota que hacen accesorios creativos para cada manifestación. Algunas veces son pancartas, algunas veces algo más.
Bi’Lin III
Hoy salgo a dar un paseo con W y nos perdemos, bonitamente. Nos paramos en una esquina tratando de decidir la calle que cogemos y entonces alguien nos llama desde un portal.
Bi’Lin II. Ciudad – asentamiento
A primera vista el asentamiento cerca de Bi’Lin no es reconocible como tal. Parece más una ciudad normal, con sus enormes bloques de pisos, todos de un blanco inmaculado, pero no como los otros asentamientos, más pequeños, con sus pequeñas casas con sus tejados rojos. Esto ha pasado más desapercibido a mis ojos porque se parece más a una horrible mega ciudad del Oeste de Europa que a una bonita villa de California.
Judíos, musulmanes y cristianos
M. me lleva al pueblo de al lado. Me cuenta un episodio curioso de este pueblo: la iglesia estaba muy vieja y necesitaba reparaciones, y los musulmanes insistieron en pagar la mitad del coste. Yo observo que toda la gente viste igual que en el resto de Palestina y le pregunto dónde están los cristianos. «¿Qué quieres decir?» «Los cristianos. Las mujeres que no necesitan cubrirse la cabeza.» «Ah. No, la cristianas se visten igual.» «Entonces lo de cubrirse la cabeza no es algo religioso, sino una costumbre cultural.» Y sigo sobre lo sorprendida que estoy por el hecho de que cristianos y musulmanes convivan en el mismo pueblo. «Bueno, sí, y judíos también.» «Te refieres a algún asentamiento.» «No, no en asentamientos. En pueblos también.»¿Judíos en los territorios ocupados?» «Sí.» «Pero, ¿no les expulsaron a todos, los romanos?» «Algunos se las arreglaron para quedarse, nunca se fueron. Pero los israelíes les tratan igual que al resto de palestinos. Para ellos sólo son palestinos.»
Bi’Lin
Cada noche en Bi’Lin he rezado para que no tengamos que salir – es decir, para que el ejército israelí no invada el pueblo por la noche para poder hacer los arrestos que no puede hacer durante las manifestaciones a causa de la presencia internacional.
Tiroteo en Ramala
No debe de ser demasiado frecuente que haya tiroteos en Ramallah. Especialmente desde que destruyeron el compendio de la Autoridad Palestina, donde Arafat vivía, ya no hay virtualmente ninguna presencia militar en la ciudad; dice A que es porque no hace falta ya. Ahora por fin puede patrullar la policía palestina las calles de Ramallah. Antes no podían porque, al ser considerados simplemente palestinos armados por los soldados israelíes, y por lo tanto terroristas peligrosos además de terroristas, automáticamente al verlos los disparan, y con total justificación a ojos de los jueces israelíes, que son los únicos jueces que hay en Israel como en Palestina…
Yanoun a Ramala
J se va a una manifa a alguna parte y yo me dirijo hacia el sur. Los dos usamos el autobús del colegio, el que lleva a los niños del pueblo a la escuela que cada uno atiende. El profesor de inglés me pide que intente conseguir que mi embajada les envíe libros en inglés, para que los niños puedan practicar la lectura. Imagino que esto tendrá que esperar hasta que llegue a casa…