Jayyous IV. La Línea Verde

Hoy es el ultimo día que nos quedamos aquí y A nos lleva en un ‘tour’ por
la zona. Nos lleva a sus campos de mandarinas, de pomelos y otras frutas,
y recogemos algunas, que luego nos da. En un momento dado nos enseña su
permiso, que está en hebreo solamente.

Jayyous III. «los colonos tomaron la tierra»

Vamos a recoger aceitunas hoy también. Hemos dormido en el cobertizo que
queda en la parte ‘Israelí’ de la valla. Dicen que es solo una valla por
la seguridad pero bueno, en vez de ponerla junto al asentamiento israelí,
la ponen justo a seis metros de una de las casas del pueblo, y
efectivamente actúa como una frontera política entre el estado israelí y
el aun inexistente estado palestino.

Jayyous II. Racionamiento de agua

Nos levantamos todos a eso de las seis y media para aprovechar la luz del
día y salimos sin desayunar. Afuera se nos une el sobrino, H, al que
conocimos anoche.

Jayyous I. El muro, explicado

Ya de noche llegamos a la casa de un terrateniente que parece que ha pedido ayuda internacional, al que se le conoce por «Abu A», «Padre de A». Es frecuente que la gente cambie de nombre cuando tiene un hijo (varón), para llamarse ‘padre de’ y luego el nombre del primer hijo. A. nos recibe con una cena suntuosa que todos necesitábamos, y le preguntamos cuál es la situación aquí.

Mártires

Hoy tampoco hay recogida de aceituna. A media mañana nos llama el
coordinador del lugar, Y., contándonos que hay un nuevo mártir, un hombre
al que han matado esta noche y han destruido su casa. Cogemos todos
nuestras cámaras para documentar el resultado de la destrucción y nos
dirigimos a la casa.

Colono amigable con metralleta

Hoy vamos a un sitio al que es más difícil de llegar que otros días.
Además nos hemos quedado en este pueblo solo cuatro internacionales porque
hoy había una manifestación importante en otra ciudad y se han ido casi
todos allí. De estos cuatro, dos terminan su viaje por Palestina y se van
a casa, y los otros dos necesitamos un descanso y pensamos volvernos a
Jerusalén, porque en este piso, por las condiciones del suministro de
agua, se nos pide que no nos duchemos. Así que llevamos unos cuantos días
con la tierra pegada a la ropa y la ropa pegada a la piel; todos los días
ha hecho un calor de espanto y parece una buena idea volver a Jerusalén a
tomarse una buena ducha, descansar y beber.

Recogida de aceituna III. Cinco años después

Hoy vamos a otro sitio a recoger aceitunas. Se nos unen en el taxi unos periodistas. Dos de ellos resulta que son médicos, y uno de estos últimos habla árabe. Al llegar a una aldea se sube un palestino al taxi y le da instrucciones al taxista. El taxi arranca, da una vuelta a la aldea, y luego para y nos pide que nos bajemos.