Hoy hice una entrevista con un anarquista, explicando algunas razones por las que no votar. Hasta ahora, tengo estas entrevistas… (en inglés)

* okupación
* patentes (discusión de grupo)
* pfi de profesores (para ser terminado el sábado – esto lo tengo en inglés y castellano)
* porqué votar, porqué no registrarse en el censo británico
* world development movement – manifas en esa noche para el comercio justo y contra el libre comercio tal y como lo conocemos

(para conseguir una copia de cualesquiera de estos pedazos, poner un comentario y una dirección de correo y para qué se va a usar)

Si consigo esta otra entrevista con esta experta sobre el Banco Mundial y el FMI, tengo cerca de 6 temas. Debería poder tener 2 temas para cada programa. No tengo ni idea si la discusión del grupo con todos los políticos que un tal Martin ha convocado va a ser uno de mis programas. Si es así, entonces ya no me hace falta más – creo. Después de esta entrevista fui al href=»http://www.rampart.co.nr»>Rampart. Encontré a dos personas muy allí con un estrés increíble, porque los ordenadores no respondían. Imagino que la presencia de una tercera persona siempre anima el ambiente. El visitante apenas se da cuenta, pero apuesto a que cualquiera que haya la frustración de un problema para el que simplemente no se le ve una salida, y ha recibido una visita inesperada, ha experimentado una primera sensación de intranquilidad, un deseo de echar a ese intruso que viene casi gritando y que está exigiendo ser el centro de atención. Pero luego viene una sensación de alivio, de que lo que ha llegado es una excusa para tener un pequeño descanso y, más tarde, un presentimiento de que este problema que te está dando dolor de cabeza no es tan extremadamente importante. Si te lo puedes permitir, te olvidas un rato de la tarea en cuestión según la conversación avanza y las risas se hacen dueñas del aire que se respira, y, quizá, quizá, este momento de olvido te propicia la idea brillante que solucionará el problema, o que al menos abrirá una línea de investigación inesperada y apetecible.

Bien, hoy he tenido el privilegio de ser testigo de todas estas fases y, además, se me ha concedido el deseo de visitar Shoreditch, donde nunca había estado antes, para intentar unos deliciosos “bagels” que el traductor automático traduce como panecillos.