Mi trabajo en The Guardian se llama ‘casual’, u ‘ocasional’. Porque no voy allí todos los días, o con regularidad. Estoy en el equipo de los “Night Uploaders” o Mozos de carga, o Cargadores nocturnos.
Hacemos una prueba de lectura rápida de los artículos, que ya se están imprimiendo en la imprenta, por si acaso se ha deslizado algún error de la atención de los sub-editores, que se emplean específicamente para tal eliminación de errores, y luego añadir alguna codificación de html básica y algunos enlaces relevantes, previamente determinados. Esto se hace todas las noches, y cada artículo publicado en papel se sube al sitio web, pero para estos puestos de trabajo estables The Guardian emplea a ocasionales que no pueden trabajar más de diez meses seguidos para evitar tener que contratarnos como empleados regulares. Así que en diez meses, tendré que encontrar ingresos en otra parte, con la opción de volver después de unos cuatro meses.
Mientras tanto, tengo que llamar cada lunes para ver qué turnos están disponibles para mí. Así que hoy llamo a las ocho de la mañana más o menos como se me indicó. Alguien coge el teléfono y señala que no son las ocho todavía, así que “¿Puedes llamar en unos cinco minutos?”
Llamo en cinco minutos y la línea está ocupada. Durante los siguientes diez minutos que llamo tantas veces que dejo de contar y cuando por fin consigo hablar con el gerente, ya se han cogido la mayoría de los turnos.
“Sí, lo siento, he estado al teléfono con los otros eventuales, dando turnos y ahora sólo estos están disponibles”.
Cojo todos los turnos que quedan y los apunto en mi diario.
“Pero ya sabes, vigila la lista de correo, la gente coge compromisos en otra parte y bien puedes obtener más turnos”. De acuerdo.. Gracias.
Miro el diario. Me dice que este mes sólo trabajo dos turnos a la semana.
Aquí hay una explicación de lo que son los contratos de cerro horas, enlace externo