Lo mejor de ir en transporte público es que puedes ir durmiendo sin que el conductor te eche en cara que no le das conversación. Lo peor es que a veces te pueden despertar de golpe, aunque sea sin querer. Unas veces es por que el motor se rompe o se para, o las dos cosas, lo cual es motivo de alarma por que es como si hubieras perdido el autobús – aunque en vez de perderlo, te obligan a abandonarlo y a observar cómo viene el coche de las reparaciones, y cómo se va, mientras tú te quedas esperando al siguiente, como idiota.
Hoy, además de la parada del motor, han sido los gritos de un señor al que el conductor quería echar del autobús por montarse con su perro. No sé muy bien cómo es que le ha dejado montarse en primer lugar, aunque imagino que al autobusero (ahora los llamamos así) le ha sido imposible cerrarle la puerta en las narices – sí, hacen cosas así y peores.
El caso es que he oído una voz masculina gritando que tiene derecho legal a quedarse en el autobús. Y más cosas que no he entendido. Alguien ha echado un grito desde el piso de arriba, donde iba yo, y muchos otros le han secundado. Más gritos han seguido y finalmente el conductor ha puesto el motor en marcha, lo que se ha celebrado con un alegre aplauso.
Solo me he enterado de la fiesta cuando el buen hombre ha subido con su perro agradeciendo a todos su apoyo. Parecía una auténtica estrella de cine, que nunca saludan a su publico con su perro porque ya se lo pasean otros… en fin, esta ha sido la nota alegre en un día en que se me ha notificado que el contenido político de Tube Radio por supuesto que se va a censurar, por si acaso no está conforme a la legalidad.