He necesitado hacer una copia de la llave más importante de mi casa, la que solo se cierra cuando no hay nadie. El primer problema viene cuando no se sabe muy bien quién tiene la llave original. Y sigue cuando llegas a la tienda de copias de llaves. Te dice la que te hace las copias que solo le queda un modelo de tu llave, porque es un modelo muy antiguo que ya no se hace.
Te la hace como puede, y llegas a casa y medio funciona. Pides la llave a otro compañero de casa y vas a otra tienda pensando que, estando más céntrica, tendrán más modelos de esta llave tan antigua. De momento no te ponen esa pega, pero cuando te devuelven la llave ya hecha observas nada más mirarla que la copia no es ni mucho menos exacta. Se lo dices. Te contestan que la pruebes y si tienes algún problema o te lo arreglan o te devuelven el dinero. Mientras estás en la tienda, el que te dejó la llave vuelve a casa pero como no hay nadie en casa y la puerta está cerrada con la llave que te dejó esta mañana, se queda una hora esperando. Cuando pruebas la nueva llave, funciona aún peor que la que antes funcionaba regular. Le llevas la llave de vuelta a la tienda y le recuerdas que ya habías dicho que no era una copia exacta, a lo que te responde que tu no tienes ni idea de como funcionan las cerraduras, y él sí. Le dejas que haga sus cosas con la dichosa llave y al probarla otra vez en casa, funciona aún peor.
Te ve la compañera de casa y le cuentas la movida. Ella cuenta que esa cerradura no tiene más de tres años.
Conclusión: el mismo mecanismo que con los ordenadores y las bicis. Te compras algo nuevo, lo usas un tiempo, digamos tres años, y cuando necesitas una reparación que necesite reemplazar un componente, resulta que ese componente ya no se fabrica, porque los ordenadores, las bicis, y las cerraduras han evolucionado demasiado en tres años como para ponernos a fabricar piezas de reemplazo de la anterior generación, no señor, se compre usted un ordenador/una bici/una cerradura nueva para poder funcionar y estar al día, hombre, que en tres años se pasan las cosas de moda.
En mi opinión, contra esto queda reciclar todo lo existente, y reutilizarlo, reutilizarlo, reutilizarlo. Aunque para eso hace falta bastante espacio de almacenamiento, lo cual es bastante dramático en Londres… Pero solo tomando la producción en nuestras manos – o en manos de alguien cuyo primordial objetivo no sea maximizar beneficios a costa de hacernos tirar cosas semi nuevas – podemos poner fin a esta locura – digo yo.